Стихотворения Клары Сильва (на испанском языке)

Стихотворения Клары Сильва (на испанском языке)

Clara Silva

Poetisa y narradora uruguaya. Nació en Montevideo en los primeros años del siglo XX, en el seno de una familia católica. Su trabajo como crítica literaria y conferencista la llevó a ser presidenta de la Sociedad Amigos del Arte. Además, fue investigadora en el Instituto Nacional de Investigaciones y Archivos Literarios (fundado en 1948).

Obtuvo premios del Ministerio de Instrucción Pública (1945/49/60) y del Concejo Departamental de Montevideo (1954/60). Habiendo buscado la justicia y la igualdad mediante sus personajes lúgubres y los retratos de ciertas realidades incómodas, Clara Silva muere el 21 de setiembre de 1976, en Montevideo, apenas unos meses después que su esposo, Alberto Zum Felde, crítico y ensayista uruguayo.

 

Poemas de Guitarra en sombra 

de Clara Silva

TRISTE N* 1

Cuando mirando a Dios entre cenizas
sin más allá
sin más acá
encerrada
cuando papeles grises
grises hombres
roen y ensucian el silencio
entonces
si quisieras
si tuvieras
entonces
un despertar de campo
una aurora de cardos
lo más antiguo
nuevo
por la cuchilla donde el aire vuela
a ras del rancho solitario
simple
de mugidos ladridos y galopes
bajo un cielo desnudo
donde el ombú sostiene la intemperie
entonces
si quisieras
si supieras
curarte el mal de ojo
de la estrella
en el agua del pozo
donde tu sombra habita.

 
Atardeciendo
Si pudiera decirte
si pudiera
en una vidalita
largamente

donde mi voz
nocturna de garganta
volando
se extendiera
en un lamento
por la tarde triste.
Si pudiera decirte
si pudiera
en contrapunto azul
de mate y cielo
tu ausencia de este amor
amor de ausencia
en el bordón de una guitarra
oscura
Si pudiera, por siempre
si pudiera
edificar la casa
de barro y manzanilla
y en el nido de sombra
adonde el huevo de la muerte
amarte a cara limpia
verdadera
en una vidalita
triste como la tarde
 

 

Alma en pena

A la orilla de mi cuerpo
sentada
miro hacia atrás
pensando si todo ha sido
o si fue sin ser
nomás.
Si fueron o no invenciones
del alma que se defiende
del corazón que le tiende
ilusiones
persuasiones
sombras nomás de su sueño.
O es que está por verse ahora
que nunca nada ha existido
si dije rosa
la rosa
deshojándose
cayendo
si dije amor
no me mates
de ausencias
un fatuo fuego
si en los ojos creció ciego
olvidándome
olvidado.
Hay que ver cuantas razones
para esta razón incierta
cuanto penar por un sueño
un tal vez
nunca soñado.
Si soñar no cuesta nada
qué caros los resultados
en pena el alma
si es alma
en pena el sueño
si es sueño.
Y en la noche una luz mala
Hoy somos
si nos oímos
está por verse mañana
mañana
si estás despierto
Pero quién pone su oído
entre la tierra y el cielo
para saber si está vivo.

 
 

El sillón de hamaca

( A Rosa, mi madre )

Vuelve a la infancia
vuelve
al paraíso.
Sólo entonces
entonces
en tus dientes
crecerá la alegría.
Vuélvete niña
vuelve
a las magnolias pálidas
al ramo de tu pelo
de salvaje negrura
enternecido
abre las viejas puertas
de la ausencia
donde, caras mordidas por la tierra
bocas oscuras en las moradas campanillas
te llaman despacito
clara, clara. . .
Bajo la parra de la muerte
ácidos sus racimos,
en el sillón de hamaca
dos trenzas sueltas
sobre el batón vacío
van y vienen
van
se van.

— “Y a Dios quién lo hizo, madre?
—”Algunos dicen que amor .
— “Y tú qué me dices, madre?
—”Que sí, que tal vez, que no.

Vuelve al principio
vuelve
a la luz enterrada de un idioma
intentando existir
y no ser nada.
Huele la madreselva
y en tu estómago
la marea del tiempo
subirá en bocanadas de amargura .
Hoy es siempre
hoy es nunca.
en el patio de damero.
Las aguas del aljibe
están secas
y el eco resuena en el fondo de tu alma
por dentro.
La fuente está en la mesa
y se enfría .
Dónde están
dónde están los de esta casa.
Ya no hay nadie que venga a sentarse
y con un rumor de afelpada memoria
alce su cucharada de ceniza
a los paladares secos de la sangre.
Se han ido todos
uno a uno
al jardín que los cubre de hojas
de estaciones, de lluvias
de silencios
acomodándose al rocío.

—”Madre, yo quiero la luna
—”Es de muerte su color.
Cierra pronto la ventana
antes que la cierre Dios. ..”

Golpea el llamador el aire ciego
golpea el sordo oído de la casa
su tímpano de cardo y manzanilla
la intimidad solemne de los gatos
del moho, del gusano, del suspiro.
Tan-tan, tan-tan. . .
El caracol se esconde.
Quién será. . quién será? . . .
Enmudecen los grillos.
Por los ojos del sapo pasa la luna llena
en los charcos dormidos.
Ya no hay horas
Qué llave abre esa puerta?…