AUSENCIA
Alguien se fue
y dejу todos los cuadernos
abiertos en la pбgina 21,
servidos el cafй
y los frijoles
en la mesa,
caliente
la cama sin hacer,
el perro
esperando su comida,
una cita de amor
puesta a secar en la ventana
y en los vacнos del ropero
el olor de los sueсos.
Cuado esta llama explote
dejarб de ser luz
y se harб fuego.
Un viento fuerte
barrerб las llamas de las velas.
Regresarбn las ramas secas
a la tierra,
se agrietarб el planeta
y un volcбn amarillo
serб todo el continente
hasta estallar
-fogonazos de sol,
cristal fundido,
lava a presiуn baсando el cielo-
para que no se sepa
quй color era el mar
y se olvide la medida de la noche.
Despuйs lloverб
como en la biblia,
se inundarбn de pбjaros los patios,
despuntarб lo verde
y serб eterna
la llama del amor que serб nuestro
como el pan de la tierra liberada.
Asumir la ternura
como deber histуrico
es igual que volver
de un largo viaje,
mirarlo todo,
probar el temple
de la carne y el alma,
identificar el olvido
con la muerte
y decidir quedarse
quedarse
quedarse
y transformar
el corazуn vagabundo,
hacerlo sуlido,
creador legнtimo de estrellas
aunque se rompa en el intento.