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Reseña biográfica
Poeta portuguesa nacida en Oporto en noviembre de 1919.
Perteneciente a una familia aristocrática, su infancia transcurrió en Oporto y Lisboa donde inició estudios de Filología clásica.
Después de su matrimonio con el abogado y periodista Francisco Sousa fijó su residencia en Lisboa, donde alternó sus actividad poética con el ejercicio político como diputada por el partido socialista y como socia fundadora de la Comisión de apoyo a los presos políticos.
Tradujo al portugués obras de Claudel, Dante, Shakespeare y Eurípedes. Obtuvo entre otros, el Premio Camoes en 1999, el Premio de la Crítica en 1983 y el Premio Reina Sofía en 2003. Fue miembro de la Academia de Ciencias de Lisboa.
“O Livro Sexto”, “O Rapaz de Bronze”, “A Fada Oriana” , “No Tempo Dividido e Mar Novo”,y “A Menina do Mar” son algunos títulos publicados por la poeta.
Falleció en Lisboa en Julio de 2004.
Poemas de Sophia de Mello Breyner Andresen:
Antínoo
Bajo el peso nocturno del cabello
O bajo la luna diurna de tu hombro
Busqué el orden intacto del mundo
La palabra no escuchada
Largamente bajo el fuego o bajo el vidrio
Busqué en tu rostro
La revelación de dioses que no conozco
Pero pasaste a través de mí
Como pasamos a través de la sombra.
Versión de Diana Bellessi
Aquí…
Aquí, depuesta al fin mi imagen,
Todo lo que es juego y es pasaje,
Dentro de las cosas canto desnuda.
Aquí soy libre -eco de la luna
Y de los jardines, los gestos recibidos
Y el tumulto de los gestos presentidos,
Aquí soy yo en todo cuanto amé.
No por aquello que sólo atravesé,
No por mi rumor que sólo perdí,
No por los actos inciertos que viví,
Sino por aquello donde resoné
Yen cuyo amor de amor me eternicé.
Tuve amigos que morían, amigos que partían
Otros quebraban su rostro contra el tiempo.
Odié lo que era fácil
Me busqué en la luz, el mar, el viento.
Versión de Diana Bellessi
Mi cara se mezcla con el día
Nubes tejados ramas y diciembre
Apasionada estoy dentro del tiempo
Que me abriga con canto y con imágenes
Tan abrigada estoy dentro de la hora
Que ni lamento ya la tarde antigua
Todo se vuelve presente y se demora
¿Será que el día me pide que lo diga?
Versión de Diana Bellessi
Día de mar en el viento, construido
Con sombras de caballos y de plumas.
Día de mar en mi cuarto -cubo
Donde mis gestos sonámbulos se deslizan
Entre animal y flor como medusas.
Día de mar en el viento, día alto
Donde mis gestos son gaviotas que se pierden
Girando sobre las olas, sobre las nubes.
Versión de Diana Bellessi
Aprende
A no esperar por ti pues no te encontrarás
En el instante de decir sí al destino
Incierta te detuviste enmudecida
y los océanos después sin prisa te rodearon
A eso llamaste Orfeo Eurídice-
Incesante intensa la lira vibraba al lado
Del desfilar real de tus días
Nunca se distingue bien lo vivido de lo no vivido
El encuentro del fracaso-
Quién se acuerda del fino escurrir de la arena en el reloj
Cuando se alza el canto
Por eso la memoria sedienta quiere venir a la superficie
En busca de la parte con la que no diste
En el ronco instante de la noche más callada
O en el secreto jardín a orillas del río
En junio
Versión de Diana Bellessi
En el punto donde silencio y soledad
Se cruzan con la noche y con el frío,
Esperé como quien espera en vano,
Tan nítido y preciso era el vacío.
Versión de Diana Bellessi
Escucho mas no sé
Si lo que oigo es silencio
O dios
Escucho sin saber si estoy oyendo
El resonar de las planicies del vacío
O la conciencia atenta
Que en los confines del universo
¡Me mira y me descifra
Sólo sé que camino como quien
Es mirado amado y conocido
y por eso en cada gesto pongo
Gravedad y riesgo
Versión de Diana Bellessi
Éste es el círculo que trazo alrededor de tu cuerpo amado y perdido
Para que cercada seas mía
Éste es el canto de amor con que te hablo
Para que escuchando seas mía
Éste es el poema -engaño de tu rostro
Donde busco la abolición de la muerte.
Versión de Diana Bellessi
La noche reúne la casa y su silencio
Desde la base desde el cimiento
Hasta la flor inmóvil
Apenas se oye latir el reloj del tiempo
La noche reúne la casa a su destino
Nada ahora se dispersa se divide
Todo está como el ciprés atento
El vacío camina en sus espacios vivos.
Tómame oh noche en tus jardines suspendidos
En tus patios de luna y de silencio
En tus atrios de viento y de vacío.
¡Noche
Bagdad de bruces en tu río
País de brillos y de olvido
Con tu rumor de cedros y tu lento
Círculo azul del tiempo.
Versión de Diana Bellessi
Llamé por mí cuando cantaba el mar…
Llamé por mí cuando cantaba el mar
Llamé por mí cuando corrían las fuentes
Llamé por mí cuando morían los héroes
Y cada ser me dio señal de mí.
Versión de Diana Bellessi
Muerta,
Qué clara eres,
Qué frescura quedó entre tus dedos…
Eres una fuente
Con piedras blancas en el fondo,
Eres una fuente que de noche canta
y silenciosamente
vienen peces de plata a la superficie de agua.
Muerta qué clara eres,
y florecida…
Eres la brisa
Que en un gesto de adiós pasa en las hojas,
Eres la brisa que lleva los perfumes y los derrama,
¡Eres los pasos leves de la brisa
Cuando en las calles ya nadie pasa!
Eres una rama de tilo donde el silencio florece,
Eres un lago donde las imágenes se inquietan,
Eres la secreta nostalgia de una fiesta
Que en los jardines murmura.
Cantando
Deslizando las manos por los muros
Pasas recogiendo
La sangre bermeja y madura de las moras.
Vas y vienes
Solitaria y transparente
y la memoria de las cosas te acompaña.
Muerta qué clara eres,
¡Y perdida!
Eres la medianoche de la noche,
Eres la terraza que da al viento,
Eres una pena solitaria y franca,
Las sombras vuelven a bailar,
El perfume de las algas sacia el aire
y las ramas se recuestan sobre las ventanas:
Suaves cabellos de pena tiene la brisa.
Sola pasas al fondo de las avenidas.
No muestras tu rostro,
Pasas de espaldas con un vestido blanco.
¡Eres leve y dulce como un sueño!
El soplo de la noche se llena de angustia
y de mí surgen palabras solitarias:
Eres el perfume de infancia que hay en las rocas,
Eres el vestido de infancia que hay en los campos,
Eres la pena de infancia que hay en la noche.
Súbitamente
Alcanzo pierdo la forma de tu rostro:
¡Qué fresca eres!
Pasas y de tus dedos corren fuentes.
¡Qué leve eres,
Más leve que una danza!
Apenas llegaste, apenas volviste, apenas te vi
Ya en el fondo de los caminos te extinguiste:
Arena lisa y blanca que ningún paso pisa
Pena franca
Angustia fuente fresca y brisa.
Versión de Diana Bellessi
Nardo
Pesado y denso
Opaco y blanco,
Hecho
De oscura respiración
Y de agitación nocturna.
Versión de Diana Bellessi
Noche de hoja en hoja murmurada,
Blanca de mil silencios, negra de astros,
Con desiertos de sombra y luna, danza
Imperceptible en gestos quietos.
Versión de Diana Bellessi
Si todo el ser al viento abandonamos…
Si todo el ser al viento abandonamos
Y sin miedo ni compasión nos destruimos,
Si morirnos en aquello que sentimos
Y podemos cantar, es porque estamos
Al desnudo, el propio dolor meciendo en sangre
Frente a las madrugadas del amor.
Cuando la mañana brille otra vez floreceremos
Y el alma beberá ese esplendor
Prometido en las formas que perdemos.
Versión de Diana Bellessi