Адела Самудио в статье “La ejemplar historia de Adela Zamudio” (на испанском языке). Фото поэтессы с внуками.

Опубликовано: газета “Los Tempos”.
Автор: Wilson Garcia Merida.
Фото: Cortesнa familia Torrico Zamudio

La ejemplar historia de Adela Zamudio


Adela Zamudio en marzo de 1921 con sus sobrino nietos Rodolfo y Vicky Torrico Zamudio.

HOMENAJE | El Dнa de la Mujer Boliviana tiene como fecha de celebraciуn cada 11 de octubre, jornada en que se recuerda el nacimiento de la educadora y poetisa Adela Zamudio, precursora de la educaciуn laica y de la reivindicaciуn pedagуgica, social y cultural de las mujeres bolivianas

“Dнa miйrcoles, 11 de octubre de 1854, a la hora 4:45, poco antes de romper el alba, en su alojamiento de la casa quinta de Juan de la Cruz Torres y Marнa de las Nieves Moscoso de Torres, destinada a convertirse cinco aсos mбs tarde en el monasterio de las Capuchinas, nace Adela Zamudio”, informa Augusto Guzmбn en su “Biografнa de una mujer ilustre”.

Su nombre completo era Paz Juana Plбcida Adela Rafaela Zamudio Ribero. Sus padres unos nobles propietarios de minas en Corocoro, La Paz, dato que generу una confusiуn sobre el lugar de nacimiento de la poetisa. Pero Guzmбn lo aclarу debidamente y una sobrina de Adela, Gabriela Taborga Villarroel, aportу con la partida del bautizo celebrado en la Catedral y otros documentos certificando que Zamudio naciу sin duda en Cochabamba, cuando sus padres vacacionaban en este valle.

Tras el nacimiento de la niсa, los Zamudio Ribero retornan a Corocoro donde Adela transcurrirб los seis primeros aсos de su vida. “Su experiencia infantil de Corocoro no es pobre ciertamente” —comentaba Guzmбn—. “Allн ha conocido al indio altiplбnico de calzуn partido junto a la llama singular, multiplicada en las seguidas tropas que llegan y salen del poblado llevando la carga liviana en lindos sacos tejidos de lana suave al tacto y a la vista”.

Cuando la futura poetisa estб por cumplir siete aсos, en 1861, sus padres deciden abandonar Corocoro definitivamente, pues el ingeniero Adolfo Zamudio no estб de acuerdo con el asentamiento del capital chileno en esas ricas vetas de cobre con las inversiones realizadas por Melchor Concha y Toro; y opta por comprar unas tierras agrнcolas en el valle paceсo de Caracato. Pero un aсo despuйs la madre, Modesta Ribero, hermana de Ramуn Rivero, pide que la familia que se traslade a Cochabamba. Compran una finca en Corani y se asocian con los Rivero Torres para realizar inversiones agrнcolas y comerciales. Los hermanos Ribero sufren una alteraciуn de su apellido, a Rivero, por el error de un escribano segъn explicaciуn de Guzmбn.

Respecto a los primeros aсos escolares de Adela Zamudio, que segъn Guzmбn se iniciaron en la escuela del Beaterнo de San Alberto en Cochabamba, hay una discrepancia con Gabriela Taborga, quien sostiene que “la poetisa aprendiу sus primeras letras en Corocoro, en la edad genйricamente llamada pre-escolar, y no en el Beaterнo de San Alberto de Cochabamba, al que asistiу sуlo dos o tres gestiones, cuando ya era adolescente de doce y trece aсos”.

Taborga afirmaba tener en su poder una banda-brazalete con que el Beaterнo de San Alberto habнa, en 1867, premiado a Adela en mйrito “a la Contracciуn y al Aprovechamiento”.

Se dice que durante su permanencia en Corani y Colomi (de donde su familia se desplazу luego a Chapare), la niсa Adela Zamudio solнa visitar la casa solariega de Nataniel Aguirre, el gran escritor que sin duda impactу con su “Juan de la Rosa” en el espнritu de la futura poetisa; y en el curso de esas visitas Adela fue gestando uno de sus primeros poemas escritos siendo adolescente, al que titulу simplemente “Poeta”.

LA ALONDRA SOLITARIA

Al cumplir 15 aсos, en 1869, Adela Zamudio publicу en “El Heraldo” su primer poema titulado “Dos Rosas”, y ya entonces firmaba bajo el pseudуnimo de “Soledad”, nombre de guerra que ademбs de delatar la melancolнa de su carбcter, revela que entre sus primeras lecturas literarias figura la novela de Bartolomй Mitre titulada precisamente “Soledad”.

Bartolomй Mitre llegу a Alto Perъ (hoy Bolivia) junto al abuelo de Adela Zamudio, Mбximo Zamudio, quien fue secretario de comando en el ejйrcito auxiliar argentino del general Castelli, durante la Guerra de la Independencia. Ese pasado heroico y glorioso que corrнa en la venas de Adela Zamudio influyу indudablemente en la formacуn de su espнritu libertario.

Sus padres le procuraron una educaciуn de altнsimo nivel. Contrataron a una maestra inglesa, miss Elizabeth Govй, quien llegу de Londres exclusivamente para enseсar a Adela el idioma de Shakespeare. De hecho, Adela Zamudio leyу toda la obra de Shakespeare en su lengua original, y se dio el gusto de traducir a Longfellow.

En 1887 el editor argentino Jacobo Pausser publica en Buenos Aires su primer libro, “Ensayos poйticos”, obra que mereciу elogio unбnime de crнticos y lectores, “lo que contribuyу decisivamente a que su autora cobrara seguridad y confianza en lo referente a los resultados de un voluntarioso proceso de aprendizaje cultural y literario que, hasta el momento, habнa transcurrido por cauces autodidбcticos”, dice Jorge Girу.

Alentada por este creciente prestigio, en 1890, publica “Violeta o la princesa azul”, obra compuesta en los escasos ratos libres que disponнa en su esforzado empeсo por alcanzar una formaciуn acadйmica y un nivel cultural que le permitiesen ejercer la profesiуn de maestra. Finalmente en aquel mismo aсo 1890 logrу ingresar en el Magisterio profesional, al ser admitida como maestra en la escuela San Alberto de Cochabamba. A partir de entonces comenzу a desplegar una fecunda actividad pedagуgica orientada a la eliminaciуn de las trabas y los perjuicios reaccionarios que lastraban el aprendizaje acadйmico y la formaciуn espiritual de las jуvenes bolivianas.

Entre las enseсanzas que imparte a las niсas de la ciudad, ademбs de letras, estбn las artes plбsticas. Adela Zamudio solнa ilustrar sus versos con hermosos dibujos y pintaba уleos —la Virgen de Santa Clara su modelo favorita— con inigualable maestrнa. En su casa de la calle Ayacucho abriу una Academia de Dibujo y Pintura.

LA MAESTRA EN SU TRINCHERA

En su valerosa defensa de los derechos de las mujeres de recibir esmerada educaciуn, Adela Zamudio reclamу la necesidad de introducir el laicismo en los programas acadйmicos nacionales, lanzando algunas propuestas audaces para su йpoca, como la instauraciуn del matrimonio civil, el derecho al divorcio y la separaciуn de los poderes de la Iglesia Catуlica y del Estado. Impulsу la enseсanza gratuita y laica, denunciу fuertemente el “primitivismo patriarcal” de la sociedad y la explotaciуn y dominaciуn imperante.

Estas ideas, plasmadas no sуlo en las aulas del Liceo para Seсoritas que fundу en 1905, sino tambiйn en varios artнculos y ensayos pedagуgicos que publicу en diferentes medios, la arrastraron hacia muchas polйmicas sostenidas contra los elementos mбs reaccionarios del conservadurismo religioso y polнtico boliviano, entre los que se hizo famoso, por su virulento enfrentamiento con Adela Zamudio, el padre Francisco Pierini, promotor de un movimiento ultra conservador que, bajo el nombre de “Liga de Seсoritas Catуlicas”, pretendiу defender los arcaicos privilegios legales y fiscales de la iglesia Catуlica en el sistema educativo del paнs, ademбs de excomulgar a Adela Zamudio.

Pierini se convirtiу en el enemigo nъmero uno de Adela Zamudio en una guerra a muerte que comenzу cuando la maestra fue encomendada por el gobierno de Ismael Montes para dirigir la primera Escuela Fiscal de Seсoritas, fundada por ella.

En 1913, aсo en que Adela publica su novela epistolar “Нntimas”, el sacerdote busca anular el plan pedagуgico liberal de Zamudio creando paralelamente una “Escuela Superior de Seсoritas” de rigurosa disciplina catуlica. Pierini emprende ese proyecto movilizando a su “Liga de Seсoritas Catуlicas” que organiza un “gran concierto infantil” a fin de recaudar fondos para dicha escuela, y entre los nъmeros programados se anuncia la presentaciуn de una obra teatral muy de moda en el “gusto moderno” de la йpoca: “La viuda alegre” de Franz Lehar.

Esa obra picaresca serнa representada por niсas y niсos de la “alta sociedad” cochabambina, nada menos que bajo los auspicios de fray Pierini, quien acusaba de “inmorales” los mйtodos educativos de Adela Zamudio. Habнa que aclarar posiciones y la maestra lo hizo cortando por lo sano con su fila pluma en las pбginas de “El Heraldo”, el 23 de septiembre de 1913:

“La Liga de Seсora Catуlicas ha presentado al pъblico no un juguete dramбtico, no una pieza inocente interpretada por niсitas como se hizo otras veces, sino una funciуn de gala segъn el gusto moderno (…). Un hermoso e inteligente niсo, hijo nada menos que de un comisionado de instrucciуn municipal, haciendo de borracho y libertino, ha cantado loas al vicio y a la disipaciуn con asombrosa maestrнa. Una nena de cinco aсos, defendiйndose con el abanico de los besos de un enamorado y cayendo luego en sus brazos desmayada, ha imitado con gracia igualmente asombrosa las aсagazas de una coqueta resabida. Otra, esposa infiel de seis aсos, ha sido sorprendida y duramente increpada por el marido. (…)”.

Luego de reseсar aquella casi erуtica obra teatral actuada por unos niсos de cuya educaciуn moral Pierini decнa ser custodio pretoriano, Adela Zamudio daba una lecciуn pъblica de autйntica moral cristiana:

“Como educadora protesto en voz alta contra esas exhibiciones infantiles que no dicen bien de nuestra cultura. Ya que nuestras costumbres, poco definidas, nos inducen a explotar la gracia de los niсos en beneficio de obras de caridad, bien o mal entendidas, sepamos por lo menos presentarlos sin escarnio de su inocencia”.

Pierini contra-atacу lanzando un libelo en “El Ferrocarril”, a lo cual Adela Zamudio respondiу con esta carta abierta publicada en diciembre de 1913:

“Lo que evidentemente irrita a Ud. y le escandaliza es que, una cualquiera como yo, una mercenaria que gana el pan, tachada ademбs de irreligiosidad, se haya atrevido a denunciar un error de matronas piadosas, ricas e influyentes. Si esa es la moral catуlica que Ud. tanto encomia, yo no la profeso ni la enseсarй jamбs a mis alumnas. Yo profeso la moral humana, la inmutable, la que aquilata la virtud donde se encuentre, humilde y desconocida, y condena el error sea quien fuere el potentado que ha caнdo en йl”.

La polйmica adquiriу alcance nacional y un grupo de poetas de todo el paнs lanzу una proclama de solidaridad con Zamudio. Respaldaban a la combativa poetisa, entre otros, Rodolfo Soria Galvarro, Rosendo Villalobos, Franz Tamayo, Benjamнn Guzmбn, Gregorio Reynolds, Emilio Finot, Juan Francisco Bedregal, Albel Alarcуn y Raul Jaimes Freyre.

Asimismo, “los cнrculos intelectuales de Cochabamba entraron en actividad y materializaron una simpбtica iniciativa, entregando a Adela Zamudio una artнstica pluma de oro, galardуn de triunfo, con una tarjeta de ofrenda que llevaba mбs de un centenar de firmas de caballeros respetables y jуvenes distinguidos”, recordу Guzmбn.

PIONERA DEL FEMINISMO BOLIVIANO

Adela Zamudio alentу con todos sus esfuerzos la formaciуn del pensamiento feminista. Y bajo ese influjo, en 1921 apareciу en Oruro el primer nъmero de la revista “Feminiflor” dirigida y escrita por mujeres que fortalecнan el ideal de la liberaciуn femenina; y en 1923 se constituyу en La Paz la primera organizaciуn autуnoma de mujeres que luchу por los derechos polнticos, el Ateneo Femenino.

En 1926 apoyу pъblicamente la Ley de Divorcio, sancionada en 1932. Estuvo a la vanguardia por las reformas democrбticas y exigiу la separaciуn de la Iglesia y el Estado. En este periodo se incorporaron las mujeres al movimiento sindical, con sindicatos propios y con la Federaciуn Obrera Femenina.

Ese mismo aсo, el 28 de mayo, el pueblo de Cochabamba asiste a su coronaciуn. El acto fue apoteуsico, tal como lo describiу Gabriela Taborga:

“…en la vereda norte de la plaza 14 de Septiembre, se sacaron las rejas metбlicas de los balcones de la Prefectura y se extendiу un entablado cubierto de rojo alfombrado. (…). Con exageradas horas de anticipaciуn la Plaza se repletу. Hubo toque de campanas, trombones y bandas; pero el regocijo no alcanzу el desnivel de las algazaras populares, porque asн lo pidiу y definiу el criterio ascйtico y sobrio de la gran maestra”.

Meses antes de aquel homenaje casi forzado, la maestra fue obligada a jubilarse de su cargo como Directora del Liceo de Niсas y Seсoritas, el primer establecimiento educativo femenino fundado por ella durante los aсos mozos del rйgimen liberal.

Todavнa ofendida, puso como condiciуn intransigente para aceptar el acto adulatorio del gobierno de Siles que estйn presentes allн todos los poetas posibles del paнs, y exigiу sea especialmente invitado el vate paceсo Juan Francisco Bedregal, a quiйn Adela misma mandу un telegrama urgente diciendo: “Han resuelto coronarme. Su presencia fortalecerбme en tan duro trance”.

A la hora de la coronaciуn, el poeta ingresу al teatro Achб vistiendo una capa al estilo del prнncipe de Kropotkнn y exclamу con su sonora y aguardentosa voz esta cйlebre frase: “Vengo de capa a rendir homenaje a una mujer de espada”.

Adela Zamudio muriу dos aсos despuйs, el 2 de junio de 1928 y dejу escrito su epitafio con estas palabras: “Vuelo a morar en ignorada estrella”. No en vano le decнan la Alondra Solitaria.