Стихотворения Аны Сесилии Блум на испанском языке

La canción del destino

Lo que cuenta el poeta a las piedras está lleno de eternidad.
Y ésta es la canción del Destino, que tampoco olvidan las estrellas.

León Felipe

El poeta vivirá en la memoria de las piedras

jamás en la del hombre,

porque aquello que el hombre recuerda

tarde o temprano olvida

y lo que olvida no retorna a la tierra

muere en el viento.

El poeta buscará las piedras,

en ellas harán hueco las gotas de sus versos,

en ellas hará estampa  la grafía de su aliento.

La persistencia del poema es el anhelo,

ni el nombre, ni la pinta, ni la fama,

solo el canto que se entrega al universo.

Así, lo que el poeta quiera decir

se lo dirá a las piedras,

estas hablarán con los árboles,

en el fruto el árbol guardará las palabras,

los pájaros picarán del fruto

y se encargarán de esparcir la semilla,

la semilla caída en la tierra será

principio estelar a través de los milenios.

La memoria de las piedras jamás es vencida por el tiempo,

y ésta es la canción del Destino.

El destino del poeta.

(de Rituales)

Rituales

Recoger botellas de vino en la mañana

y esperar en su vacío las respuestas.

Apuntar más de un verso

en las pupilas de mi gato,

el ritmo en sus pasos de pantera.

Retornar al río hijastro del deshielo,

a la tarde detrás de las lomas coloradas.

Hundir los dedos en la nieve,

perder el tacto de los días.

Voltear hacia el desierto

desempolvar al dinosaurio

dejar que sobreviva de mis huesos.

Caminar la yerba seca de los filos,

lo perdido en las orillas.

Que la ciudad te devore

Inicia el ceremonial de los pies descalzos:

restriégate los ojos,

sacude la cabeza,

busca el espejo,

luego el café.

No hace falta decir que es otro día,

las calles,

la parada del metro,

el quiosco de las mentas y el diario,

las notas de un violín desde la esquina

reclaman tu tránsito.

No te rindas,

busca los zapatos,

el maletín,

la sombrilla,

el libro que mitigue la embestida.

Concluye el rito,

la ciudad te espera

y tiene hambre.

Ser de aire

Torbellinos entran

y salen de esta casa-cuerpo

a cualquier hora.

Vórtices

me arrastran a otros mares.

Corrientes

colman mis alforjas de otra arena.

De vendavales se hace mi trayecto.

De tornados mi memoria.

Todos los huracanes del mundo llevo adentro.

Canción de ayer

Busco el sol de la feliz locura

que colgaba de los dientes,

la infancia tardía

cantando por las calles

El disco chino y La gallina co-co-uá.

“Co co ua ua,

co co ua ua,

co co co co ua…”

Libres éramos libres

de tejidos y jirones,

de mesuras y misiones,

de dolencias y de muertes.

Busco esos días de sube y baja,

de “sale y vale”,

claros purísimos lentos.

Y mientras más los busco

más se pierden.

Antigua colección de cromos

que se suelta con las anclas

y no vuelve.

Posesión

Nada es nuestro,

siquiera la sombra

que se hace de uno mismo

con sus infinitos verbos mudos.

No son nuestros ni el poema

ni la tinta que lo escribe,

tampoco la tierra

en que se nace

en la que se morirá.

Sin ofrendar la huella

nos vamos diluyendo

hasta convertirnos

en vapor de día frío

libado por el espacio.