Интервью с Кларибель Алегриа (на испанском языке)

Интервью с Кларибель Алегриа (на испанском языке)

 Entrevista a Claribel Alegría
 

(Buenos Aires/Managua) Araceli Otamendi

Al enterarme de la noticia del Premio Neustadt otorgado por la Universidad de Oklahoma y la prestigiosa revista World Literature Today a la escritora Claribel Alegría me contacté con ella. Me respondió enseguida. A continuación, la entrevista exclusiva para Archivos del Sur.

¿Qué significa para usted recibir el Premio Neustadt otorgado por la Universidad de Oklahoma y la revista World Literature Today?

Recibir el Premio Neustadt, para mí signifícó una gran sorpresa. Daisy Zamora, una excelente poeta nicaragüense, me nominó. Cuando lo supe yo me reí y le dije que no nos hiciéramos ilusiones. Pasaron los meses, olvidé el asunto y cuál no va siendo mi susto cuando una tarde recibo una llamada de Robert Con Davis, de la universidad de Oklahoma, anunciándome que había ganado el premio. Me quedé muda, no sabia qué decirle. Confieso que estoy muy feliz y muy asombrada. Es un premio de gran notoriedad.

¿Está escribiendo actualmente?Sí , sigo escribiendo. Creo que ya no podría vivir sin escribir. Me dedico sobre todo a la poesía que me ha ayudado tanto. Estoy trabajando ahora en un libro sobre mitos.

¿Cuál fue la impronta más importante que le dejó su mentor, el poeta Juan Ramón Jiménez?

La impronta más importante que me dejó Juan Ramón fue la de quitar la hojarasca de mis poemas y procurar dejar la esencia.
 

¿Cuáles han sido los escritores y escritoras que más la han influenciado en su obra?

Creo que los escritores y escritoras que más han influido en mi obra han sido Juan Ramón, Emily Dickinson y César Vallejo. Debe haber otros, por supuesto.
 

Usted nació en Managua pero vivió muchos años en El Salvador, debido al exilio obligado de su padre. Quisiera que me cuente algunos recuerdos de ese exilio y si el hecho de haber estado exiliada ha influenciado su obra literaria.

Nací en Estelí, Nicaragua y cuando apenas contaba nueve meses me llevaron a El Salvador. Por eso yo me considero salvadoreña. Soy “salva nica” como me bautizó mi nieto Benjamín. Mi padre era nicaragüense y mi madre salvadoreña. Pasé mi infancia, niñez y adolescencia en El Salvador y nunca me sentí exiliada, pero oía hablar a mi padre, que pese a que amaba El Salvador, estaba siempre con su corazón puesto en Nicaragua. Cuando tenía 18 años viajé a los Estados Unidos para aprender el inglés y estudiar en la universidad. Fue un exilio voluntario y aprendí a ver a mi país en otra perspectiva, cosa que me ayudó mucho en mi escritura. El exilio que sí me dolió fue el de los años 80. El Salvador estaba en guerra entonces, y si yo iba, mi vida corría peligro.Desde que asesinaron a Monseñor Romero, me dediqué a denunciar las fechorías del gobierno.
 

Estuvo casada muchos años con otro escritor, Darwin Flakoll, con quien también escribió obras en conjunto. Podría decirme cuál fue su experiencia de estar casada con un escritor.
 

Mi experiencia de estar casada con un escritor fue extraordinaria. Bud (así lo llamábamos cariñosamente), fue, después de Juan Ramón, mi crítico más exigente. Cuando decidimos escribir juntos “Cenizas de Izalco”, nos tirábamos ls platos a la cabeza. Casi se nos hunde la novela, pero nos sentamos una noche a conversar, decidimos ser humildes y salvarla. Fue una experiencia enriquecedora. Los libros de testimonio los escribimos juntos. El fue el piloto. Era periodista y manejaba ese género mejor que yo. La poesía la escribí siempre sola. No creo que se pueda escribir con nadie más. Las novelas cortas también las escribí sola, per él me ayudaba mucho , criticándome.
 

Se dice que no pudo asistir al funeral de su madre por haber estado amenazada de muerte en El Salvador, a eso se debe su poema Rito incumplido. Podría decirme si sus padres tuvieron influencia en su obra literaria.
 

Claro que mis padres tuvieron influencia en mi obra literaria. Tenían una magnífica biblioteca en la casa y me inculcaron el amor a la lectura. Más tarde , cuando se dieron cuenta de mi vocación, me animaron y nunca me puseron escollos, pese a que en ese tiempo, en El Salvador, estoy hablando de principios de los 40, la mayor parte de la clase burguesa despreciaba a las mujeres poetas. Claudia Lars,una excelente poeta de la generación de mi madre, luchó contra eso y me heredó su ejemplo.
 

Quisiera saber si lo conoció a Julio Cortázar y qué opinión tiene de su obra.
 

Conocí muy de cerca a Julio Cortázar. Fuimos amigos desde el año 62. Bud y y tradujimos un cuento suyo para una antología que Beacon Press publicó en Estados Unidos y que se llama: “New voices of Hispanic America”. Lo conocimos en Buenos Aires; él, y su primera mujer, Aurora, estaban de paso. Al año siguiente nosotros nos trasladamos a París y allí la amistad se profundizó. Creo que Cortázar es un gigante de las letras universales. Su escritura no envejece.
 

Al poeta argentino Juan Gelman le dedicó los versos “Porque aprendí a quererme, ahora puedo sangrar con tus heridas”. Quisiera que me contara si entre su poesía y la de Gelman ha habido influencia.
 

Sí, le dediqué a Juan el poema, “Porque aprendí a quererme/ puedo sangrar con tus heridas”. El “ahora” sobra. Se le escapó a alguien. Juan y yo somos muy amigos, amo su poesía, pero creo que no ha habido ninguna influencia.
 

¿Qué escritores prefiere leer?
 

Hace ya algunos años que releo más que leo. Estoy siempre con algún clásico, me fascina la mitología y me interesan los jóvenes.
 

Usted ha traducido al escritor Robert Graves. Podría decirme su opinión acerca de la obra de Graves.
 

Robert Graves me parece un gran escritor, un gran poeta y mitólogo. Su libro “La Diosa Blanca”, tuvo en mí un gran impacto. Es un libro difícil de leer, pero imprescindible. Abre puertas y ventanas.
 

Quisiera saber qué opina acerca de la obra de Silvia Plath.
 

Silvia Plath me gusta muchísimo. Además de tener una inteligencia aguda era de una sensibilidad exacerbada, lo que la llevó al suicidio. Siendo tan diferente de Alejandra Pizarnik, las voces de estas dos mujeres extraordinarias me persigieron por un tiempo.
 

Usted vivió en la época del boom latinoamericano en Mallorca.
 

¿De qué escritores se sintió más cerca, en el aspecto literario y también en el humano?
 

Cuando viví en París y en Mallorca, los escritores que más cerca estuvieron de mí fueron Cortázar y Carlos Fuentes. Sobre todo Cortázar.
 

¿Cuál es su opinión de la literatura latinoamericana actual?

Es difícil para mí opinar sobre la actual literatura latinoamericana, poorque llegan pocos libros y revistas a Nicaragua. Por eso revistas como la suya son esenciales. Tendríamos que conocernos más entre nosotros. Por lo poco que he leído últimamente, me parece que hay voces que podrán llegar muy lejos.
 

¿Cuál es su opinión de la literatura de escritoras latinoamericanas?
 

En Centroamérica, que es la región que yo conozco mejor, hay escritoras de gran valor y son tomadas muy en cuenta.

¿Piensa que las obras de escritores latinoamericanos circulan como se debería entre los distintos países de habla hispana?

Ya contesté esa pregunta. En la década de los 60 “Casa de las Américas” en Cuba, nos ayudó mucho a conocernos. Ahora el vacío es grande. No sé, por ejemplo, qué escritores o escritoras jóvenes de talento,hay ahora en Bolivia, Perú, Argentina…
 

Usted da talleres literarios para niños con leucemia, una vez por semana. Podría contarme acerca de esa experiencia tan cercana a la enfermedad.
 

Sí, todos los miércoles, Ernesto Cardenal, que fue el inspirador de estos talleres,uno o dos poetas más, y yo, vamos al hospital infantil de La Mascota a jugar a la poesía con los niños enfermos. Les leemos poemas de otros poetas, les decimos que hay que jugar con la poesía, como se juega con los colores, que no hay que tenerle miedo, que hay que acecharla. Después de que les hemos leído algunos poemas, ellos escriben y leen en voz alta lo que han escrito. Elegimos los poemas mejores y estamos a punto de publicar una pequeña antología. Esos miércoles enriquecen. Hay niños con verdadero talento Al escuchar y escribir poesía se distraen de su enfermedad.
 

¿Dónde vive actualmente? ¿Cómo es un día de su vida en el presente?
 

Vivo en Managua, pero viajo dos o tres veces por año. ¿Qué cómo es mi día? Después de desayunar, leer el periódico y decirle a la empleada lo que vamos a comer, reviso mi correo electrónco, que es voluminoso. Contesto lo que puedo y me pongo a traducir poesia. Ese es mi hobby. Ahora, junto a mi hijo, Erik Flakoll, que lee chino, estamos tratando de traducir El Tao al español. Por la tarde leo, escribo, converso con los amigos que vienen a verme, me comunico con mis plantas y escucho música. Por las noches, veo alguna película en la televisión o en DVD y sigo leyendo hasta que me vence el sueño.
 

[Fuente: Archivos del Sur – Buenos Aires]