Опубликовано: мексиканская газета “Gazeta Tamaulipas”.
Автор: Nohemн Sosa Reyna.
Margarita Paz Paredes, caudal de palabras
Leer la obra de la poeta mexicana Margarita Paz Paredes es ir a la pureza casi infantil en “Sonaja”, a la йpica juvenil en “Canciуn de Amйrica”, al amor maduro y apasionado de “Rebeliуn de Ceniza”, para llegar a la poesнa elegнaca y rebelde del libro “Seсales”, donde canta al lнder campesino Rubйn Jaramillo y al Che Guevara, para culminar su reclamo con “El Crimen fue en Santiago” con la muerte de Allende.
Las tonalidades de la poeta nacida en San Felipe Torres Mochas, Guanajuato, Mйxico, el 30 de marzo de 1922 y fallecida en la Ciudad de Mйxico el 22 de mayo de 1980, son como las de una guitarra, donde con alegres agudos canta a su madre, a su tierra, a los habitantes de su pueblo y en mi opiniуn logra una magnнfica obra creativa, por la frescura y la belleza de su espнritu.
Frente al espejo pardo de la tierra
siento crecer mi ramazуn de barro,
y busco tu corteza,
y me disperso y me evaporo,
como un llanto de niсo en primavera.
Despuйs, sobre mis huellas,
yergues tu arquitectura de montaсa,
para injertar un nervio luminoso
en mi raнz de estrella fatigada.
Fragmento de “Vienes desde la tierra”.
En “Sonaja”, hay mъsica, no sonido simple, sino sonar con riqueza de un alma dotada de un gran sentimiento amoroso, de una percepciуn excepcional, este sentimiento que con la madurez va tomando la textura de una miel densa:
Y їquй podrбs hacer entonces
-torturada y anйmica-
sino dejar que fluya
mi savia de amaranto,
que fluya hasta anegar
los tallos increнbles,
las montaсas viajeras,
las rocas insoladas?
Su sentimiento lo traslada a su prуjimo, a quien comprende de una manera inusitada, sobre todo en poemas como “A veces llora el hombre”.
A veces llora el hombre
su viril crecimiento solitario,
su semilla injertada de granizo
estйril, deleznable;
llora su soledad
y el hijo de su llanto congelado.
En su palabra la vida late, es tierra, tallo, durazno, vegetaciуn, savia, agua.
Roberto Oropeza Martнnez expresa en el prуlogo del libro “Litoral del Tiempo”, que antologa la obra de la poeta, “Siempre reitera Margarita el triбngulo obsesivo en su mundo interior: amor, comunicaciуn y muerte. En ese бmbito vuela, recorre sin detenerse el ‘Litoral del tiempo’ porque sabe de nuevos horizontes, de pronto salta hacia todos los niveles y a todos los espacios imaginables”.
Momentos cumbres son la creaciуn de su “Canciуn de Amйrica” y “Niсo gigante” donde su canto es йpico, su argumento sincero, su sentimiento fuerte y solidario:
їDуnde quedaste tъ, hombre que tienes espirituales brazos para aullar nostalgias?, se pregunta la poeta en Niсo gigante.
Mбs en la cuarta dйcada de su vida le gana el sentimiento y se desborda en palabras, las palabras fluyen inevitables como un caudal, que en ocasiones nos recuerdan al modernismo del gran Rubйn Darнo, amor a las palabras, porque sн, porque producen la mъsica de nuestra alma.
Las palabras tienen un sabor definido,
una envoltura tбctil,
una vital presencia,
un calor, un peso, una fragancia.
Margarita Paz Paredes.
Fragmento de Las palabras.
Esas palabras que le permiten escribir uno de los mбs hermosos poemas sobre el pecado original de la pareja y la esperanza de redimirlo en el amor:
Los amantes caminan inseguros
a tientas por un mundo circundado de sombras.
Rбfagas de aire crudo los azotan,
ojos desconocidos los acechan,
ya no hay paz, ni molicie, ni reinado.
Los labios estбn secos y el alma esta contrita.
ЎMirad a los amantes!
ЎQuй belleza de dolor los inviste,
quй sensaciуn de miedo los acerca!
Las manos anhelantes se enlazan en los hombros
como un dogal que floreciу la angustia
y por primera vez se miran hasta el fondo,
donde una claridad amanecida
surge de la tiniebla a la esperanza.
Despuйs vendrб la poeta social, rebelde, me conmuevo con toda su palabra sencilla, honda, sea este un homenaje a la poeta de Guanajuato, a la que su coйtano Efraнn Huerta escribiera, “en general, Margarita, no le tengamos miedo a nada. Mucho menos a la alegrнa, al goce infinito”. Y con esa invitaciуn para el gozo, nos quedamos ahora.